El miércoles pasado tuve el gran honor de poder charlar ni más ni menos que con Manju Jois, profesor de Ashtanga Vinyasa Yoga alrededor del mundo, y el hijo mayor de Pattabhi Jois, creador del estilo Ashtanga. Manju empezó a practicar yoga a los siete años y a los quince ya asistía a su padre en sus lecciones. Ha enseñado Ashtanga durante más de 50 años, y todavía hoy se dedica a impartir talleres y cursos de formación de profesores alrededor del mundo. La entrevista tuvo lugar en Valencia, durante un taller que Manju estuvo ofreciendo allí, organizado por Cosmin Iancu, de Living Yoga Valencia. Cosmin también me acompañó durante la charla. Hablamos un poco de todo: del Ashtanga Vinyasa yoga, y las malinterpretaciones que a veces se hacen de las reglas de este estilo. Manju nos habló de su infancia y adolescencia, de cómo descubrió el yoga de la mano de su padre, y de los recuerdos que guarda de T. Krishnamacharya. También de la primera vez que viajó a EEUU con su padre, y por qué decidió quedarse allí. Y nos contó qué le parece lo que está ocurriendo con el yoga hoy en día en Occidente.  En fin, una entrevista muy entretenida, donde no faltan algunas afirmaciones polémicas. No te la pierdas. Por cierto, si me ves con el móvil, no es que esté contestando whatsapp, es que tenía un pequeño guión con las preguntas. :-P

No sé tú, pero yo he asistido a clases donde el profesor, antes de empezar cada postura se dedicaba a recitar las contraindicaciones y precauciones, y siempre, siempre, una de las contraindicaciones era la menstruación. Así que, si por casualidad tenías la regla ese día, te pasabas la clase sentada en tu alfombrilla, preguntándote: ¿para qué (…) habré venido yo hoy a yoga?  :-P

Ayer estuve viendo un documental muy interesante, titulado Who owns Yoga? (¿A quién pertenece el yoga?). Su autor es Bhanu Bhatnagar, profesor de yoga y corresponsal de Aljazeera English, quien a lo largo de 50 minutos charla con influyentes personalidades del mundo del yoga en Londres, EE.UU y la India, acerca de la transformación, comercialización e incluso politización del yoga en los últimos tiempos.

¿Yoga? Mejor que un antidepresivo. Si yoguis de todo el mundo afirman que la práctica del yoga implica beneficios físicos y mentales, un estudio reciente de la Universidad de Boston ha dado resultados muy alentadores que confirman estudios anteriores con conclusiones similares. Tomando clases de yoga dos veces por semana, de hecho, la práctica oriental ayuda a aliviar la depresión y los dolores del alma. ¿De qué manera? Gracias a la combinación de asanas y la respiración profunda.
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