meditar

No hagas estas 5 cosas cuando quieras meditar

Meditar es tan sencillo como sentarse a solas en silencio y no hacer nada más. Tan fácil como contemplar el baile de la llamita de una vela, o una puesta de sol, o (como hago yo a veces) la ropa dando vueltas dentro de la lavadora llena de espuma. Cualquier cosa que mantenga tu mente atenta y enfocada sirve para meditar.

Meditar es tan sencillo que a veces no nos lo podemos creer y nos complicamos la vida intentando hacer cosas raras cuando nos sentamos a meditar, y es entonces cuando la fastidiamos. Cambiando un poco el aforismo podríamos decir que…

[ctt template=»1″ link=»70I94″ via=»yes» ] … meditar es muy sencillo. Lo difícil es ser sencillo.[/ctt]

 

En esta entrada he querido recopilar algunos de los errores más comunes que se cometen al intentar meditar y que hacen la meditación mucho más difícil de lo que es.

Así que recuerda, cuando te sientes a meditar no hagas ninguna de estas cinco cosas:

 

No trates de poner la mente en blanco.

Puede que alguien te haya dicho alguna vez que meditar es poner la mente en blanco. Es algo que escucho habitualmente. Pues no, no es así. Sencillamente porque poner la mente en blanco es imposible. La mente siempre está activa, a veces muy activa, es imposible vaciarla completamente.

Meditar es más bien intentar mantener la mente quieta, enfocada en un objeto de atención. Cuando lo intentes verás que el pensamiento se te escapa de un lado a otro, hacia el pasado y hacia el futuro. Es como una niña traviesa y curiosa que no para quieta nunca. Meditar consiste en volver a traerla una y otra vez hacia tu objeto de atención. Y hacerlo con cariño y cuidado, como lo harías con un niño, sin enfadarte.

 

No pienses que lo estás haciendo mal.

Tal vez la única forma de hacerlo mal mientras meditas es pensar que lo estás haciendo mal, ponerte nerviosa y desistir. Sin embargo, muchas personas me cuentan que cuando se sientan a meditar continuamente se preguntan si lo están haciendo bien.

Piensa que el solo acto de encontrar un momento para ti, a solas, en silencio y decidir dedicarlo a la meditación, ya es, en sí, un acto de amor hacia ti misma, un gesto de  auto cuidado, y un paso en el camino de conocerte a ti misma. Solo esto, ya es todo un logro, me parece a mí.

El hecho de que la mente divague y se escape una y otra vez hacia todo tipo de pensamientos es completamente normal. Eso es lo que hacen las mentes 🙂 Darnos cuenta de que nos hemos distraído no significa que estemos fracasando en nuestra meditación. Antes al contrario, significa que lo estamos haciendo bien: porque cada vez que nos descubrimos pensando en otra cosa, estamos fortaleciendo el músculo de la atención. Es como si hiciéramos repeticiones levantando pesas para fortalecer los bíceps: cada vez que nos damos cuenta de que la mente se ha escapado y la volvemos a traer con paciencia a nuestro objeto de meditación, nos entrenamos en la consciencia plena (mindfulness)

Meditar

 

No mantengas una postura rígida.

Para mí, lo único realmente importante en cuanto a la postura para meditar es que no existan bloqueos al flujo de la energía por la columna vertebral. Es decir, que esta no esté ni flexionada, ni extendida ni en torsión.

Algunos maestros dicen que la única postura correcta para meditar es sentados sobre un zafu, con la espalda erguida. En otras escuelas, sin embargo, se recomienda no usar zafu. En la tradición zen se practica la meditación caminando. E incluso se puede meditar tumbado.

Lo más importante es que mantengas una postura relajada y que la columna conserve sus curvas naturales.

 

No fuerces la respiración.

Una cosa es observar la respiración y otra diferente es controlarla. En muchas escuelas de meditación se utiliza la respiración como objeto de meditación. Pero esto no quiere decir que haya que forzarla o controlarla de ninguna forma. Para eso están los ejercicios de pranayama.

Aunque puede que no sea sencillo, al meditar tienes que observar tu respiración sin modificarla. Tienes que dejar que esta fluya de una forma natural y relajada.

meditar

No controles el tiempo.

Puedes mirar el reloj cuando empiezas y cuando terminas para hacerte una idea de cuánto tiempo has meditado y saber cómo vas progresando. Pero una vez empiezas a meditar, olvídate del tiempo, deja que este se disuelva, desaparezca. Ya no tiene importancia.

meditar

 

 

Espero que estos consejos te ayuden y hagan tu meditación mucho más placentera y relajada. Si quieres, cuéntame cómo es tu experiencia al meditar en los comentarios.

 

 

Noelia Insa Satorre
noeliainsasatorre@gmail.com
No Comments

Post A Comment

18 + dieciseis =

X