No sé tú, pero yo he asistido a clases donde el profesor, antes de empezar cada postura se dedicaba a recitar las contraindicaciones y precauciones, y siempre, siempre, una de las contraindicaciones era la menstruación. Así que, si por casualidad tenías la regla ese día, te pasabas la clase sentada en tu alfombrilla, preguntándote: ¿para qué (…) habré venido yo hoy a yoga?  :-P

Ayer estuve viendo un documental muy interesante, titulado Who owns Yoga? (¿A quién pertenece el yoga?). Su autor es Bhanu Bhatnagar, profesor de yoga y corresponsal de Aljazeera English, quien a lo largo de 50 minutos charla con influyentes personalidades del mundo del yoga en Londres, EE.UU y la India, acerca de la transformación, comercialización e incluso politización del yoga en los últimos tiempos.

Ya son muchos los retiros de yoga en que he participado, sea como organizadora y profesora, sea como alumna. Son experiencias maravillosas que la gente disfruta mucho, pero no son pocos los que confiesan que antes de apuntarse tuvieron muchas dudas sobre si hacerlo o no. Algunos de los miedos más habituales son:
  • ¡A ver si va a ser un timo!
  • Voy a pasar más hambre...
  • ¿Esto no será una secta?
  • Seguro que está lleno de raritos.
Por eso, me he decidido a disipar algunos de estos temores. Si todavía tienes tus dudas sobre si apuntarte o no a un retiro de yoga, he resumido algunos motivos por los que pienso que te vendría muy bien:
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