No sé tú, pero yo he asistido a clases donde el profesor, antes de empezar cada postura se dedicaba a recitar las contraindicaciones y precauciones, y siempre, siempre, una de las contraindicaciones era la menstruación. Así que, si por casualidad tenías la regla ese día, te pasabas la clase sentada en tu alfombrilla, preguntándote: ¿para qué (…) habré venido yo hoy a yoga?  :-P

¿Yoga? Mejor que un antidepresivo. Si yoguis de todo el mundo afirman que la práctica del yoga implica beneficios físicos y mentales, un estudio reciente de la Universidad de Boston ha dado resultados muy alentadores que confirman estudios anteriores con conclusiones similares. Tomando clases de yoga dos veces por semana, de hecho, la práctica oriental ayuda a aliviar la depresión y los dolores del alma. ¿De qué manera? Gracias a la combinación de asanas y la respiración profunda.

Ya son muchos los retiros de yoga en que he participado, sea como organizadora y profesora, sea como alumna. Son experiencias maravillosas que la gente disfruta mucho, pero no son pocos los que confiesan que antes de apuntarse tuvieron muchas dudas sobre si hacerlo o no. Algunos de los miedos más habituales son:
  • ¡A ver si va a ser un timo!
  • Voy a pasar más hambre...
  • ¿Esto no será una secta?
  • Seguro que está lleno de raritos.
Por eso, me he decidido a disipar algunos de estos temores. Si todavía tienes tus dudas sobre si apuntarte o no a un retiro de yoga, he resumido algunos motivos por los que pienso que te vendría muy bien:

Ha habido bastantes estudios que muestran que el ejercicio regular mejora la resistencia, pero casi ninguno que evalúe el efecto del yoga sobre la resistencia (esfuerzo físico percibido). En un proyecto de investigación llevado a cabo en el Defense Institute of Physiology de Delhi, India, se estudió el efecto del entrenamiento con ejercicios de Hatha yoga sobre la capacidad aeróbica y la resistencia en 40 jóvenes que fueron reclutados en el ejército indio.

La última Newsletter del maestro Srivatsa Ramaswami se titula Ageing. La traducción literal sería 'envejecer'. Sin embargo, he evitado deliberadamente usar esta palabra en el título de mi entrada, ya que, en español, este vocablo tiene connotaciones muy negativas. Si hablamos de objetos, viejos son aquellos deslucidos, estropeados e inútiles. Y, lamentablemente, la palabra vejez para referirse a una etapa de la vida de una persona, se suele asociar a decadencia, soledad, incluso enfermedad y tristeza. Por eso he preferido la expresión 'hacerse mayor'.

El estilo de yoga que practico y enseño en estos momentos se llama Vinyasa Krama. Practico este estilo desde que hace tres años tuve la suerte de asistir a un retiro impartido por Anthony Grim Hall y organizado por los chicos de Living Yoga Valencia. En septiembre del año pasado, Dhara Yoga organizó una Formación de Profesores en Madrid con el principal maestro de este estilo a nivel mundial, Srivatsa Ramaswami. También tuve la suerte de asistir, como os conté brevemente en esta entrada. Y desde entonces me propuse redactar una serie de entradas para dar a conocer un poco mejor el vinyasa krama. Así que espero que esta sea la primera de varias publicaciones, en las que trataré de analizar algunos aspectos básicos de este estilo. Espero que os gusten.

Te presentamos una nueva colaboración de Edith Gómez para Insayoga. Edith Gómez es editora de Gananci, apasionada del marketing digital y especialista en comunicación online, y hoy nos habla con su estilo ameno y entretenido, de cómo conseguir los beneficios de un lujoso retiro de meditación sin gastar ni un céntimo. Me han encantado estas sencillas ideas para cuidarnos sin alejarnos de casa.

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